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HUARAL

Breve reseña de la carretera de Huaral

Breve reseña de la carretera de Huaral

En la foto se aprecia el tramo de San Miguel entre Huaral y Huataya.

Desde tiempos coloniales y parte de la república, los pueblos de este valle, se comunicaban con la costa a través de caminos de herradura, de construcción inca. Así trasladaron campanas fabricadas en Lima, la sal desde Huacho y otros enseres de la época.

En los albores del siglo XX, numerosos jóvenes campesinos  migraron hacia la costa en busca de trabajo. Ocupándose básicamente en tareas agrícolas de las haciendas, como la apaña de algodón y otros.

Sin embargo, a las comunidades su arraigado esfuerzo comunitario, los ha llevado a realizar obras muy convenientes para su progreso, destacando sin duda, la construcción de la carretera principal de Huaral hacia Antajirka, y posteriormente a cada una de ellas.

Las primeras gestiones se dan allá por 1925, por iniciativa del Ing. Antonio Graña Reyes, hacendado de Huando, quien convoca a  los pobladores de las Comunidades de la parte alta. Esta iniciativa  fue apoyada por otros hacendados de la zona costera, entre los que destacan: Humberto Piaggio (Cuyo-Hornillos), Carlos Visquerra Febres (Palpa), Amador y Guillermo del Solar (Esquivel). Ellos y otros  aportaron herramientas, explosivos, víveres y dirección técnica, y las comunidades mano de obra,  sostiene Rosas Cuadros, citando a José Matos, en su obra “ Yanaconaje y Reforma Agraria en el Perú”.

A juzgar, por relatos de los comuneros notables de estos pueblos, alrededor de 1 928, vigente la Ley Vial, decretado por Augusto B. Leguía, se tomó la decisión de continuar la carretera que en condición de trocha, penetraba parte del valle.

Los pobladores de las comunidades campesinas  trabajaron por tramos, en la vía principal. Prorrateándose la obra, en función del número de comuneros que tenían cada una de ellas.

La comunidad de Lampián tomó la feliz iniciativa de llevar adelante esta obra.  A pesar de que estaban obligados a trabajar en Canta, a cuya provincia pertenecían la mayoría de ellas.

Uno de los primeros, en recorrer parte del valle, con su vehículo de carga y pasajeros  fue don  Evaristo Reyes, lo siguió don Luis Valverde Melchor. Posteriormente, se incorporó a prestar sus servicios los hermanos Ricardo y Nicolás Piqué y otros, como el  Sr. Mosa.

Al conversar con don Luís Valverde Melchor (96 años) -sostiene- “Nací en 1909, mi madre era de Canchapilca. Aproximadamente en 1928 empecé a brindar mis servicios como transportista, para esto ya conocía el valle -señala-. Hasta entonces los comuneros de la parte alta (sierra)  trabajaban cada tramo, con firme decisión hasta que llegaron a Chincho. Esto se daba día tras día, semana tras semana. Nosotros -dice- llevábamos las buenas nuevas de Huaral y traíamos enseres de las estaciones que eran reclutadas de la sierra. Recuerda, que los vehículos modernos de entonces, eran puestos en funcionamiento, con manisuelas.  Era toda una hazaña ponerlos en marcha”-sostiene.

Según refiere don Luís Valverde: “Uno de los más empeñosos en esta tarea fue el Ing. Salvador del Solar, quien era un hombre muy entusiasta, estaba siempre  presto a brindar sus conocimientos técnicos a los comuneros de la parte alta, quienes a brazo partido trabajaban, para dejarnos la majestuosa obra, convertida hoy en realidad”.

Es pertinente recordar, que cada cierto tramo de carretera nueva, se establecieron las estaciones, hasta donde llegaban los primeros camiones del valle, llevando mercaderías de la costa y recogiendo la papa, el queso y otros de sierra.

Las estaciones más recordadas son las que se establecieron en Lumbra, Chala, Huataya, Añasmayo, Chincho y  Acotanga.

En las estaciones, se improvisaron pequeños negocios donde se expendían bebidas, preparaban alimentos, inclusive servían como lugar para pernoctar.

En cuanto al trabajo de los comuneros, la tarea más dura, la tuvieron en Chincho próximo a Acos. Era difícil vencer a la madre naturaleza, cuya estructura   ahí representaba una inmensa peña.

 Todos trabajaron, poniendo de manifiesto su espíritu comunitario. Barreta, pico, lampa, martillo y barrenos retumbaban cada día, mientras el abrasador sol castigaba aún más las curtidas membranas de los campesinos.

Tuvo que pasar, lo que siempre ocurre; el comunero, Juan León del pueblo de Chisque,  en plena faena, perdió la vida en su interés de dominar al rudo Chincho.   No gozó de homenajes, pero con su muerte contribuyó al desarrollo de este prominente valle, desconocido para muchos,  hasta aquel tiempo.

Los veteranos comuneros de la parte alta, recuerdan, que cercano a la década de 1940, se intensificaron los trabajos con la participación activa de las comunidades de este valle. Este énfasis se impulsó de Acos en adelante(….)

Según refiere el Dr. Teodoro Casana Robles,  que él llegó en 1925  a Antajirka, límite entre Huaral y Cerro de Pasco, conjuntamente con don Absalón Marín, cuando aún  no existía la carretera, habiendo viajado a lomo de caballo. Décadas después regresó a este mismo lugar, con el vehículo de don Aurelio Montesinos, dejando testimonio que dicha vía fue inaugurada el 29 de Octubre de 1 959 (....) continúa...

 

 

 Fuente: Tomado textualemente del Libro “Conociendo la Provincia de Huaral” -2005

Autor: Pedro N. Castañeda Pardo

 

 

 

 

 

 

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